27 Ene 2017
"¡ Próxima parada: Lesseps !"
Esta semana vamos a evocar a uno de nuestros más ilustres compatriotas que vivieron aquí en Barcelona, el diplomático y empresario Fernando de Lesseps (1805-1894). Si bien muchos barceloneses no suelen tener más que una vaga idea de la personalidad del que fue el gran impulsor de la construcción del Canal de Suez, el nombre de Lesseps es conocido por casi todos aquí: muchos han pasado por la Plaza Lesseps, servida por una parada de metro del mismo nombre, y los mas francófilos por supuesto conocen la prestigiosa Ecole Française Ferdinand de Lesseps, fundada por el excónsul general de Francia que había ganado los corazones de los barceloneses durante el levantamiento popular de 1842.
En 1849, en el apogeo de su carrera diplomática, el emisario fue encargado de una misión de conciliación entre los republicanos en el poder en Roma y el Vaticano. Finalmente desautorizado por Napoleón III, en el tumultuoso contexto de las Guerras de Unificación de Italia, él fue acusado de connivencia con el enemigo y llamado a comparecer ante la Asamblea y el Consejo de Estado. Fernando de Lesseps publicó varios escritos en respuesta a estas acusaciones. El último de ellos fue esta rara memoria, de la cual nos complace presentarles un ejemplar de la edición original, en una preciosa encuadernación en piel ornamentada de la época. El libro constituye, en cierta medida, el testamento diplomático del hombre que, profundamente herido por la injusticia de la que se consideraba víctima, pondría fin a una carrera diplomática por la que su nombre es ahora conocido por todos los barceloneses.
En 1849, en el apogeo de su carrera diplomática, el emisario fue encargado de una misión de conciliación entre los republicanos en el poder en Roma y el Vaticano. Finalmente desautorizado por Napoleón III, en el tumultuoso contexto de las Guerras de Unificación de Italia, él fue acusado de connivencia con el enemigo y llamado a comparecer ante la Asamblea y el Consejo de Estado. Fernando de Lesseps publicó varios escritos en respuesta a estas acusaciones. El último de ellos fue esta rara memoria, de la cual nos complace presentarles un ejemplar de la edición original, en una preciosa encuadernación en piel ornamentada de la época. El libro constituye, en cierta medida, el testamento diplomático del hombre que, profundamente herido por la injusticia de la que se consideraba víctima, pondría fin a una carrera diplomática por la que su nombre es ahora conocido por todos los barceloneses.
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