7 Jul 2017
Erudición y matrimonio
Estimados amantes del conocimiento, de los libros y de los estantes, ¿hay espacio para el matrimonio en sus bibliotecas? ¿En su opinión, deben los intelectuales solitarios, eruditos aficionados al aislamiento y demás bibliófilos con coleccionitis tomar el juramento del matrimonio?
Inspirados, no por cuestionamientos personales (bueno, tal vez un poco...), sino por un curioso libro alemán de principios del siglo XVIII, ¡nos interesaría conocer su posición sobre una delicada cuestión de relevancia eterna!
Publicado en 1715 bajo el seudónimo de Irénée Carpentier, Eruditorum Coelibum Centuria Singularis es una colección de breves notas biográficas sobre grandes mentes que nunca se casaron, escrita por un tal Gottfried Wagener – cuyo estado civil les dejo que adivinen!... Curiosamente, la publicación también incluye la primera edición del tratado sobre el matrimonio de los eruditos del poeta alemán Mellemann – según el cual los eruditos no deben huir de la unión matrimonial – así como la carta de Daniel Heinsius sobre "las cualidades de una mujer adecuada para un erudito"...
Parece, pues, que mucho antes de nosotros, el propio Sr. Wagener también tenía sus dudas!
Queridas mentes iluminadas, ¿creéis que es razonable dar el paso? ¿Para ambas partes? ...Queridos cónyuges de bibliófilos, ¿era realmente consciente del fenómeno cuando los dos intercambiaron anillos? ¿O es que le sedujo su colección de incunables?
Inspirados, no por cuestionamientos personales (bueno, tal vez un poco...), sino por un curioso libro alemán de principios del siglo XVIII, ¡nos interesaría conocer su posición sobre una delicada cuestión de relevancia eterna!
Publicado en 1715 bajo el seudónimo de Irénée Carpentier, Eruditorum Coelibum Centuria Singularis es una colección de breves notas biográficas sobre grandes mentes que nunca se casaron, escrita por un tal Gottfried Wagener – cuyo estado civil les dejo que adivinen!... Curiosamente, la publicación también incluye la primera edición del tratado sobre el matrimonio de los eruditos del poeta alemán Mellemann – según el cual los eruditos no deben huir de la unión matrimonial – así como la carta de Daniel Heinsius sobre "las cualidades de una mujer adecuada para un erudito"...
Parece, pues, que mucho antes de nosotros, el propio Sr. Wagener también tenía sus dudas!
Queridas mentes iluminadas, ¿creéis que es razonable dar el paso? ¿Para ambas partes? ...Queridos cónyuges de bibliófilos, ¿era realmente consciente del fenómeno cuando los dos intercambiaron anillos? ¿O es que le sedujo su colección de incunables?
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